Mi nombre es Hugo
Y hasta hace unos años, yo era como tú
Lo cierto es que nunca tuve mucho éxito con las mujeres…
Crecí viendo películas que me enseñaron que el romanticismo y las muestras de bondad desmedidas eran suficientes para conquistar el corazón de la persona que te atrae.
Empecé a leer libros sobre la materia con la ilusión de un niño que desenvuelve los regalos amontonados a los pies del árbol de navidad. Traté de implementar todos los principios, las herramientas y las estrategias que estos libros pregonaban como infalibles.
Me parecía que estaba interpretando constantemente un papel, representando un rol absurdo, poniéndome una máscara para convertirme en un completo impostor. Tenía que parecer superior al resto de humanos, tenía que parecer dominante constantemente, tenía que parecer arrogante…
La desesperanza se apoderó de mí y empecé a pensar que quizás yo nunca sería capaz de tener una vida afectivo-sexual satisfactoria. Que sería imposible para mí resultar atractivo a las personas que me gustan. La esperanza inicial poco a poco se fue transformando en desilusión…
Además, me impresionó el carácter misógino de la bibliografía que me estaba leyendo. Las mujeres eran descritas, en el mejor de los casos, como sujetos pasivos, presas de sus instintos, carentes de juicio y capacidad de raciocinio; como una raza aparte. Me chocaba el anacronismo de este tipo de literatura, tan chapada a la antigua, tan irreflexiva, tan llena de resentimiento hacia la mujer.
Todo esto me llevó a cuestionar la base científica de los libros que había ido engullendo. Decidí dedicar 10 años de mi vida a desentrañar los secretos de la atracción interpersonal, pero eso sí, esta vez empleando como referencia las investigaciones científicas sobre la materia.
Empecé a acercarme a las personas que me gustaban. Le perdí el miedo a ser natural, espontáneo y honesto. Me sentía al fin confiado delante de las personas que me resultaban atractivas, hablando con fluidez, tomando la iniciativa y disfrutando de mi sentido del humor.
He experimentado en primera persona el malestar, la frustración y el sentimiento de injusticia que se deriva de no poder atraer a las personas que te gustan. La desilusión, la apatía y la amargura que nacen de tratar de implementar métodos sin ningún tipo de validez empírica.
Pero también he experimentado la gratificación, la satisfacción y el orgullo que se producen cuando pasas a tener tu vida afectivo-sexual bajo control.
Fue entonces cuando decidí compartir este método con aquellos hombres que quisieran tomar el control de sus relaciones sexuales y sentimentales. Con todo aquel que esté harto de ponerse nervioso cuando está delante de la persona que le gusta. Con todo aquel que se sepa merecedor de algo tan necesario como sentirse atractivo.
Durante los años que he estado ayudando a otras personas a tomar las riendas de su vida afectivo sexual, he afinado mi método hasta alcanzar la versión más optimizada del mismo…
Un método basado en la evidencia empírica de multitud de investigaciones científicas y en la experiencia recopilada a lo largo de numerosos años de práctica profesional. Un método que ya ha ayudado a más de 1273 hombres a tomar las riendas de su vida afectivo-sexual.
Ha llegado la hora de sentirse
seguro delante de la chica
que te atrae
Cuéntame qué
aspectos de tu vida
afectivo-sexual
quieres mejorar.